Recoger los adornos

Jatniel-Villarroel./
2 min readFeb 10, 2021

Al pasar las fiesta y todavía con el pijama puesto decidí quitar los adornos, me rehusaba a estirar las fiestas y obviar que siempre traen trasnocho para unos y resacas para otros.

Busqué una caja y empecé a guardar cosas, ya las luces no titilaban y había platos sucios en el fregadero. Una a una metía en la caja los adornos que esperarían un año más para ser desempolvados y hacer las veces de una suerte de maquillaje que ocultaba las tristezas de la casa. Ahí iba el burrito, ahí las ovejas y ahí las campanas hasta que empecé a quitar cosas del árbol y me topé con tu foto.

Ni siquiera sé porque en un principio me pareció una buena idea. Te veía igual, sonriente en completa lozanía, mas mis manos ahora están llenas de manchas, mi pelo menos abundante y la piel me cuelga más que el día que ese día que te fotografiaron por última vez.

Vaya sorpresas agridulces de la vida ̶ pensé ̶

El tiempo pasa y deja su marca, pero solo para los que se han quedado; al igual que tú, los que partieron siguen como felices en fotos que no los dejan envejecer junto a mí. Y lo peor es que ni te gustaban las fotos, solo te pedí esa para capturar la alegría de verte con el suéter que te había comprado.

Me sentí egoísta por preferir los desgastes de tu cuerpo a tu estado etéreo y de felicidad perenne; pero es que la foto no me abraza.

Sentí que no viviste y me trajiste felicidad para terminar siendo un adorno o acabar en las profundidades de una cartera y ver la luz cada vez que ataque la nostalgia.

Así que saqué tu foto y la quemé.

Mis recuerdos no se dañan y en ellos eres más que un adorno.

Por lo menos en mi mente veo como envejeces y encuentro belleza en cada una de las arrugas que nunca llegaste a tener.

Que al final de cada año sigan volviendo los adornos.

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